Misión

 

Somos una comunidad educativa dinámica, participativa y  comprometida con el cuidado del medio ambiente, que sirve a la Iglesia con renovado compromiso evangelizador.

Acompañamos a nuestros estudiantes en su proceso de formación integral, mediante una educación de calidad fundamentada en valores humano - cristianos y en una sólida preparación académica.

Contamos con el amor de Dios manifestado en la Encarnación del Verbo; la experiencia innovadora de nuestros fundadores, el Santo Hermano Pedro de San José Betancur y la Beata Madre María Encarnación Rosal; más de tres siglos de presencia en América Latina y una propuesta pedagógica que se enriquece continuamente.

 

Visión

A la luz de la filosofía Bethlemita y de nuestra propuesta educativa que integra ciencia, cultura y Evangelio, nos dedicamos a formar hombres y mujeres dignas, fraternas, competentes, justas solidarias, misericordiosas y comprometidas con la paz y cuidado del medio ambiente; capaces de liderar procesos de cambio en la familia y la sociedad para una Patria nueva y un mundo más humano.

 

 

  

 

Valores

MARCO FILOSÓFICO

 PRINCIPIOS ETICOS

 La educación Bethlemita cultiva y enriquece el estilo formativo de sus fundadores. Del Santo hermano Pedro, su didáctica activa y lúdica, su creatividad y ternura; de la Madre Encarnación su compromiso con la calidad académica, la formación integral y los programas de estudio avanzados.

 La educación Bethlemita favorece, a través de su quehacer pedagógico y de su estilo relacional, que los estudiantes se construyan a sí mismos en la dinámica interioridad-interrelación, al modo de Jesucristo que asume la condición humana para mostrar el rostro de Dios, revelar el significado de la fraternidad y reconocer el valor del mundo que se nos ha entregado para perfeccionarlo. El estilo educativo Bethlemita hunde sus raíces en una educación humanista y cristiana que desarrolla lo más elevado de la persona: inteligencia, voluntad, sentimiento, interioridad.

  

  1. EDUCACIÓN INTEGRAL

 La educación Bethlemita vela por la formación integral de la persona para un armónico desarrollo de sus potencialidades personales, sociales, intelectuales y espirituales. Su propuesta educativa contempla:

  • Educar para el pleno desarrollo humano.
  • Educar para la sana convivencia, la promoción de la vida y la construcción de la paz.
  • Educar para la excelencia académica.
  • Educar para la trascendencia.

 Educar para el pleno desarrollo humano

 Formar a la persona, implica hacerla consciente de su dignidad y favorecer sus crecimiento en la libertad para una adecuada madurez. Las instituciones educativas Bethlemitas forman a los estudiantes en:

  • El respeto, la valoración y confianza en sí mismos.
  • La toma de conciencia de sus dones, valores y potencialidades, así como de sus limitaciones.
  • La autonomía y el uso responsable de la libertad.
  • La capacidad para dar y recibir afecto.
  • La capacidad en bien de los demás.
  • Educar para la sana convivencia, la promoción de la vida y la construcción de la paz.

 La educación Bethlemita promueve el desarrollo social y relacional de los estudiantes favoreciendo en ellos:

 l cultivo de relaciones auténticas inspiradas en los valores evangélicos de amor y libertad.

  • La toma de conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos y el compromiso con la democracia.
  • El respeto y la apertura al pluralismo cultural y religioso.
  • El desarrollo del liderazgo que lleve a vivir y trabajar al servicio de los otros y del mundo, según la ética cristiana.
  • El compromiso ético con el medio ambiente.
  • El contacto con las realidades de pobreza, exclusión, miseria, ignorancia e injusticia y el compromiso fraterno y solidario.
  • La apertura a la realidad social y a los problemas del mundo de hoy, para un compromiso con la justica y la construcción de la paz.
  • El uso adecuado del tiempo libre.

 

  • Educar para la excelencia académica

 La educación Bethlemita impulsa una formación académica para un desempeño adecuado en los distintos campos del saber y el desarrollo de las habilidades que la sociedad del conocimiento exige. Para ello forma a los estudiantes en:

 La capacidad para tomar decisiones acertadas, resolver problemas, generar propuestas en contextos reales y poner sus conocimientos al servicio de la sociedad en que vive; es decir, los forma como personas competentes.

 El conocimiento y cultivo de sus propios ambientes de aprendizaje.

  • El reconocimiento y aceptación de la diferencia y la promoción del desarrollo de las inteligencias múltiples.
  • La capacidad para aprender siempre, desde diversas fuentes y lugares tanto físicos como virtuales.
  • La creación artística.
  • La inserción cultural para entrar en diálogo con los desafíos del mundo de hoy.
  • El espíritu investigativo.
  • El desarrollo de la capacidad para formular un juicio reflexivo, lógico y crítico sobre la realidad y los acontecimientos.
  • La complementariedad con los demás, el trabajo cooperativo y colaborativo, la capacidad para construir juntos y desarrollar proyectos.
  • La capacidad para descubrir las bondades de las Tic, su influencia en el aprendizaje y su uso adecuado.

 

  • Educar para la trascendencia, verdad, bondad, belleza

 El cultivo de la interioridad y la trascendencia capacita a los estudiantes para:

  • Conocerse a sí mismos y desarrollar un modo reflexivo sobre el sentido de la vida.
  • Valorar éticamente sus acciones y omisiones; sus palabras y silencios.
  • Construir una adecuada escala de valores y vivir conforme a ella.
  • Despertar sensibilidad hacia el misterio, experimentar la trascendencia como motor de la vida humana, impulso vital que mueve a ir más allá, a dejar huella de servicio y bien común.
  • Vivir la experiencia estética: disfrutar la belleza, la realidad, captar lo sublime de las cosas.
  • Ser receptivo a la llamada interior a la vocación personal.
  • Quienes profesan la fe católica, optar conscientemente por Jesucristo, participar activamente en la vida sacramental y litúrgica y en la práctica de las devociones propias de la espiritualidad Bethlemita.
  • Asumir una actitud de relación filial y amorosa con Dios que se proyecte en sus relaciones con el otro, la vida, el cosmos.
  • Vivir una experiencia de Dios a través del silencio, la oración y la escucha de la Palabra.
  • Valorar su fe y valorar respetuosamente otros modos de encuentro con lo trascendente y otras experiencias religiosas, sin renunciar a sus convicciones.

 

EDUCACIÓN EN VALORES. PILAR DE LA FILOSOFÌA EDUCATIVA BETHLEMITA

Los valores no se enseñan al estilo de asignaturas; los valores se descubren, se viven, se encarnan. En esta línea, la educación Bethlemita impulsa una cultura institucional cuyo ambiente favorece una sensibilidad abierta a todo lo que es humano, desde una didáctica que impulsa el dinamismo internalización-acción en un marco de libertad y de responsabilidad. Libertad para elegir el bien; responsabilidad para dar razón de las decisiones y para asumir las consecuencias de los actos.

Un lugar central en la formación en valores, lo ocupa la formación en valores cristianos, los cueles se convierten en el soporte que aviva en los jóvenes la esperanza de construir una sociedad justa, fraterna, solidaria y en paz a la luz de las enseñanzas del evangelio y con el espíritu de Belén. 

 La Unidad Educativa “Sagrado Corazón de Jesús” desprende sus valores institucionales de los valores carismáticos legados de nuestros fundadores el Santo hermano Pedro y la Beata Madre Encarnación Rosal; quienes al contemplar a Cristo encarnado en Belén y en su entrega en la cruz, asumieron y vivieron en humildad, servicio, sencillez, alegría, acogida, solidaridad y misericordia, fraternidad, reparación: respeto y responsabilidad.

 

FORMAR EN LA JUSTICIA POR LA FE

 El capítulo V de las constituciones Bethlemitas, dedicado a la misión apostólica, plantea en el numeral 86b: “característica especial de nuestra educación debe ser la formación en la justicia por la fe, para lograr cristianos comprometidos en la realización del plan de Dios, en el amor y la paz”. La educación Bethlemita, prepara a los estudiantes para una vida de servicio y compromiso social.

 Insertas en la cultura, las instituciones educativas Bethlemitas, viven el dinamismo de educar a los estudiantes para que respondan a las necesidades y retos de la sociedad y para que colaboren en la construcción de sociedades justas, desde una conciencia crítica y el compromiso con la dignidad y los derechos de las personas.